Mis Cartas desde París

En París podemos encontrar prácticamente lo que se desee, y un salón especializado en cabellos largos, no iba a ser una excepción. Para la boda de tu primo? Una trenza . En un sábado por la noche ? Un moño. Un estilo glamoroso en 30 minutos , que es la especialidad de esta casa .   Le Comptoir à cheveux longs ( la sala de pelo largo ) .   Y el especial del mes de julio fue "Best Friends" : llevar a una amiga al  salón , así como los atuendos , tanto de la noche como de día y salir con dos hairstylings por el precio de uno , no podía perdérmelo..   Anidado contra  la Iglesia Saint- Eustache , el Comptoir alberga un rebaño de expertos del cabello :   35 minutos de cronógrafo con o sin cita previa, la educación contra el pelo largo tiene un menú de 10 cortes de pelo ( renovada cada 6 meses) inspirados directamente de desfiles . Moño Upstreet , desaliñado de vestir, muescas reservadas sublimes ... con el pelo la

Es un mercado de pulgas de día, y un restaurante por la noche. La Boutique Eva Pritsky tiene una doble personalidad : es tan buena como el oro de la tarde hasta la madrugada , pero luego después se gira en un café subterráneo por la noche. Si quieres tener una idea de él, tendrás que subir hasta Ménilmontant .   Aquí estamos, en el mundo de la pequeña Eva , donde artistas, marchantes antiguos y amigos se reúnen y beben . Mientras que los habituales hablan sin parar sobre todo, echa un vistazo a las recién llegadas conquistas más recientes de Eva : la silla eléctrica azul en el que alguien está sentado , la mesa de la cocina años cincuenta , donde los vasos vacíos se acumulan .   Calentado por el buen humor del lugar , toda clase de tesoros se encuentran en Eva's. Eva Pritsky, bar-brocante  (mercado de pulgas - café) 5, rue d'Eupatoria, París 20, Metro Ménilmontant Tel: 00 33 1 44 62 20 69 Abierto de martes a sábados

Si queréis hacer un recorrido por vuestra cuenta, debajo de la galería de fotos tenéis una lista con las galerías más importantes , y los nombres de todas las calles por las que se puede acceder a ellas. Mi recomendación es que cojaís un mapa y elaboraréis vuestro propio paseo (el número que hay delante del nombre del pasaje es el arrondisement en el que está situado).   01e -Galerie Véro-Dodat (1826) 19, rue Jean-Jacques-Rousseau / 2, rue du Bouloi 02e -Passage du Bourg-l'Abbé (1828) 120, rue Saint-Denis / 3, rue de Palestro 02e -Passage du Caire (1798) 33, rue d’Alexandrie / 2, place du Caire / 237-239, rue Saint-Denis / 14, 34 et 44, rue du Caire 02e - Passage Choiseul (1829) 40, rue des Petits-Champs / 23, rue Saint-Augustin / 40, rue Dalayrac   02e -Galerie Colbert (1826) 6, rue des Petits-Champs / 4, rue Vivienne 02e -Passage du Grand-Cerf (1825) 145, rue Saint-Denis / 10, rue Dussoubs 02e -Passage des Panoramas (1800) 10, rue Saint-Marc / 11, boulevard Montm

A mediados del siglo XIX existían en París 150 pasajes y galerías cubierta s . Se concibieron como espacios comerciales, llenos de tiendas, negocios y restaurantes, que servían como refugio del ajetreo, los olores y los ruidos de la ciudad. La mayoría de ellas se construyeron durante la segunda mitad del siglo XIX, en la zona de los Grands Boulevards, -en el 2º arrondisement- un barrio animado con multitud de teatros y salas de espectáculos.  Para su construcción se aprovechó el interior de inmuebles ya existentes, que se agujerearon para dar cabida a estos nuevos espacios comerciales. Así las galerías y pasajes se convertían en lugares escondidos, que penetraban y recorrían diferentes edificios de viviendas. Los pasajes también servían como atajos, ya que muchos están separados por tan sólo una calle o avenida, de manera que era (y es) posible ir de la bolsa de París a los jardines del Palais Royal a través de las galerías. Con la transformación urbanística de París a m

Varias canciones han glosado la belleza y la melancolía del otoño en París . Es la época que ha hecho famosa a esta ciudad, con sus parques y paseos melancólicos y el romanticismo de la ciudad romántica por excelencia elevado a la enésima potencia. Las masas turísticas se han ido, los museos se pueden visitar con comodidad y los cafés están más acogedores que nunca para protegernos de los húmedos 9 a 16 grados, que apenas calientan en esta época, y para leer cualquier libro comprado a los vendedores callejeros de la ribera del Sena. O, si acaso, un ejemplar de Rayuela , de Cortázar, que nos hayamos traído. Pero, además de que París sea París, el otoño nos ofrece otros alicientes en la ciudad de las luces . El más cercano de ellos son las Jornadas del Patrimonio , que este año se celebran el fin de semana del 17 al 18 de septiembre. Durante un fin de semana, la mayor parte de los edificios públicos abren sus puertas a los ciudadanos para que los conozcan y entiendan cóm